ALABANZAS AL CORDEROCharles Stanley
noviembre 08, 2019
Apocalipsis 5
En la mano derecha del que estaba sentado en el trono vi un rollo escrito por ambos lados y sellado con siete sellos. 2 También vi a un ángel poderoso que proclamaba a gran voz: «¿Quién es digno de romper los sellos y de abrir el rollo?» 3 Pero ni en el cielo ni en la tierra, ni debajo de la tierra, hubo nadie capaz de abrirlo ni de examinar su contenido. 4 Y lloraba yo mucho porque no se había encontrado a nadie que fuera digno de abrir el rollo ni de examinar su contenido. 5 Uno de los *ancianos me dijo: «¡Deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido! Él sí puede abrir el rollo y sus siete sellos.»6 Entonces vi, en medio de los cuatro seres vivientes y del trono y los ancianos, a un Cordero que estaba de pie y parecía haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Se acercó y recibió el rollo de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8 Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero. Cada uno tenía un arpa y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del *pueblo de Dios. 9 Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escritoy de romper sus sellos,porque fuiste sacrificado,y con tu sangre compraste para Diosgente de toda raza, lengua, pueblo y nación.10 De ellos hiciste un reino;los hiciste sacerdotes al servicio de nuestro Dios,y reinarán sobre la tierra.» 11 Luego miré, y oí la voz de muchos ángeles que estaban alrededor del trono, de los seres vivientes y de los ancianos. El número de ellos era millares de millares y millones de millones. 12 Cantaban con todas sus fuerzas: «¡Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado,de recibir el poder,la riqueza y la sabiduría,la fortaleza y la honra,la gloria y la alabanza!» 13 Y oí a cuanta criatura hay en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, a todos en la creación, que cantaban: «¡Al que está sentado en el trono y al Cordero,sean la alabanza y la honra, la gloria y el poder,por los siglos de los siglos!» 14 Los cuatro seres vivientes exclamaron: «¡Amén!», y los ancianos se postraron y adoraron.
Revelation 5:1 | NVI
Cualquiera que no esté seguro de que el Señor Jesús es Dios, y que además es digno de adoración, debe echar un vistazo al pasaje de hoy. Esta escena celestial se abre con un dilema: no se encuentra a nadie digno de abrir el rollo que está en la mano derecha de Dios, hasta que el León de Judá, la raíz de David, aparece como Cordero inmolado.
Este no es otro que Jesucristo, quien se ofreció como sacrificio por el pecado de la humanidad. Tomó nuestro pecado sobre sí, sufrió el castigo que merecíamos, y nos vistió de su justicia para que, por fe en Él, pudiéramos ser reconciliados con Dios. Él ahora está en el cielo, recibiendo alabanzas y honor de todos sus moradores. Solo Él es digno de romper los sellos y abrir el pergamino que contiene los planes finales de Dios para la historia humana.
Si los ángeles, los ancianos y los cuatro seres vivientes alaban al Hijo y al Padre con tal reverencia, admiración temerosa y exaltación, entonces nosotros, que somos receptores directos de la misericordia y la gracia divinas, también podemos hacerlo. Los ciudadanos del cielo no se refrenan en su incesante exaltación y adoración mientras se inclinan con humildad ante el trono
Al considerar todo lo que nuestro Dios Trino ha hecho por nosotros, la alabanza debe ser nuestra respuesta humilde y gozosa. Él se deleita en escuchar nuestras voces elevadas en exaltación y adoración cuando declaramos que es digno de toda honra.
¿Es Dios el centro de sus pensamientos y emociones durante el tiempo de adoración, o canta sin pensar, o lo adora solo por emoción? Aunque la adoración será perfecta solo en el cielo, comencemos a practicarla hoy mismo. Sal 148/1/14.
1 ¡Aleluya! Alabado sea El Señor! Alaben al Señor desde los cielos, alábenlo desde las alturas. 2 Alábenlo, todos sus ángeles,alábenlo, todos sus ejércitos. 3 Alábenlo, sol y luna,alábenlo, estrellas luminosas. 4 Alábenlo ustedes, altísimos cielos, y ustedes, las aguas que están sobre los cielos. 5 Sea alabado el *nombre del Señor, porque él dio una orden y todo fue creado. 6 Todo quedó afirmado para siempre;emitió un decreto que no será abolido. 7 Alaben al Señor desde la tierra los monstruos marinos y las profundidades del mar, 8 el relámpago y el granizo, la nieve y la neblina, el viento tempestuoso que cumple su mandato,9 los montes y las colinas,los árboles frutales y todos los cedros,10 los animales salvajes y los domésticos, los reptiles y las aves, 11 los reyes de la tierra y todas las naciones, los príncipes y los gobernantes de la tierra, 12 los jóvenes y las jóvenes, los ancianos y los niños. 13 Alaben el nombre del Señor, porque sólo su nombre es excelso; su esplendor está por encima de la tierra y de los cielos.14 ¡Él ha dado poder a su pueblo! ¡A él sea la alabanza de todos sus fieles,de los hijos de Israel, su pueblo cercano! *¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
Psalms 148:1-14 | NVI
Amen.!
Jcoa.!