UN PRIVILEGIO MARAVILLOSOCharles Stanley.!
mayo 13, 2019
Hebreos 7.23-28
23 Ahora bien, como a aquellos sacerdotes la muerte les impedía seguir ejerciendo sus funciones, ha habido muchos de ellos; 24 pero como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero. 25 Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.26 Nos convenía tener un sumo sacerdote así: santo, irreprochable, puro, apartado de los pecadores y exaltado sobre los cielos. 27 A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo. 28 De hecho, la ley designa como sumos sacerdotes a hombres débiles; pero el juramento, posterior a la ley, designa al Hijo, quien ha sido hecho *perfecto para siempre.
Hebrews 7:23-28 | NVI
La oración es un privilegio extraordinario, sobre todo al considerar la santidad del Señor. ¿Cómo podemos los seres humanos, pecaminosos por naturaleza, acercarnos al Dios santo cuya naturaleza es tan impecable y perfecta, que incluso una pizca de pecado es incompatible con su presencia? Con todo, eso es ni más ni menos lo que los cristianos estamos invitados a hacer, tal como dice Hebreos 4.16: “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
Aunque consideramos la oración algo muy natural, nunca debemos olvidar lo que Dios hizo para abrir este camino a su trono. Debido a que es santo, se requería un sacrificio de sangre para cubrir el pecado antes de que alguien pudiera acercarse a Él (Lv 17.11). En la ley del Antiguo Testamento, el sacerdote ofrecía sacrificios de animales para la limpieza de personas imperfectas (Lv 4, 5). Pero eso era solo una solución temporal porque, aunque los sacrificios de animales cubrían el pecado, nunca podían eliminarlo.
En la cruz, el Hijo de Dios se ofreció como el único sacrificio expiatorio para pagar el castigo por nuestro pecado. Su sangre es apta para pagar por cada pecado pasado, presente y futuro de quienes reciban la expiación de Jesucristo por fe. Ahora los creyentes no solo son perdonados, sino también bienvenidos a la familia de Dios como resultado de haber nacido de nuevo de su Espíritu, quien habita en ellos.
Tenemos el privilegio de la comunión con el Padre en oración, ya que el Hijo es nuestro Sumo Sacerdote, quien nos cubre para siempre con su justicia.
Amigos cristianos en todas las naciones; la oración nos acerca siempre a estar en comunión con Mi Sr Jesucristo; en Su Presencia recibimos perdón de pecados al confesarlos de nuestra parte; Su Sangre Preciosa nos limpia y purifica para quedar sin mancha, santificados para tener un tiempo maravilloso de estar a solas con El; y poder Alabarle. Honrarle y compartir contándole todo lo que nos sucede en nuestro diario vivir.!
Por que todo el tiempo Mi Sr Jesucristo vive en nuestros corazones; conoce todo lo que hacemos; por eso debemos mantener esta relación abierta, sincera de saber que contamos con Su Guía, Ayuda, para resolver todos nuestros asuntos de vida que tenemos.!
Cada segundo del tiempo lo podemos compartir con Mi Sr Jesucristo. El viaja con nosotros; de nuestra conducta depende el mantener esta relación personal de vida en Jesucristo.!
Vivimos en Jesucristo para ser de bendición con nuestro prójimo; dando lo mejor de nuestras vidas; enseñado, testificando de nuestra relación de vida en Jesucristo.!
Amen.!
Jcoa.!