¡Nadie es Justo.! Solo lo somos en Jesucristo.!  Jcoa.! 

NADIE ES JUSTOCharles Stanley.! 

diciembre 26, 2018

Romanos 3.19-28

19 Ahora bien, sabemos que todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios. 20 Por tanto, nadie será *justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado. La justicia mediante la fe 21 Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. 22 Esta justicia de Dios llega, mediante la *fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción, 23 pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, 24 pero por su gracia son *justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó. 25 Dios lo ofreció como un sacrificio de *expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 26 pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.27 ¿Dónde, pues, está la *jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio? ¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. 28 Porque sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la ley exige. 

Romans 3:19-28 | NVI

Mucha gente piensa que el tratar de tener una vida recta les garantiza un boleto al cielo. Pueden decir cosas como: “Soy una buena persona; no robo, no miento, no engaño y no cometo adulterio, como otras personas. Nunca he estado en prisión, y siempre trabajo duro y contribuyo a la sociedad. Entonces, ¿por qué no debería merecer ir al cielo?”. Observe que el enfoque está en “lo que yo hago”.

En verdad, esta es una mentira del enemigo para engañar a la gente. Dios no acepta a nadie basándose en obras, y la razón es sencilla: la salvación no depende de nada que podamos lograr. Nada de lo que hagamos puede ganarla. Somos salvos solo sobre la base de lo que Cristo logró cuando murió en nuestro lugar para hacernos libres del poder del pecado y de la muerte. De eso se trata la salvación.

Para conocer de verdad al Padre celestial, necesitamos estar bien con Él. Sin embargo, ninguno de nosotros es justo por mérito propio. Todos hemos pecado una y otra vez, no solo en palabras y hechos, sino también en las contemplaciones de nuestro corazón. No podemos jactarnos de justicia, incluso si pudiéramos hacer alarde de nuestras “buenas obras”. Pero en la cruz, Cristo se estaba haciendo cargo de nuestro pecado, no de nuestras obras.

Vinimos a este mundo como pecadores, separados del Creador por nuestra naturaleza egocéntrica. Jesucristo, por su gracia, tomó el castigo que merecíamos cuando fue a la cruz como nuestro sustituto. De esa manera, hace posible que todos los que confían en Él sean justificados. Al recibirlo como el Salvador, cualquiera puede comenzar una nueva vida como hijo de Dios (Jn 3.16; Ef 2.4-9).

16 »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo *unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 

John 3:16 | NVI

4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, 5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! 6 Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, 7 para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras, para que nadie se *jacte. 

Ephesians 2:4-9 | NVI

Amigos cristianos en todas las naciones; solo somos justificados por la Sangre de Mi Sr Jesucristo al morir en la cruz del calvario por cada uno de nosotros; entregó Su Vida por rescatar la nuestra; resucitó para acompañarnos en nuestra nueva vida y ser salvos mediante la Fe en Jesucristo.

Las obras son misericordia en ayudar al prójimo; dar lo mejor de nosotros como un buen testimonio del cambio del viejo hombre en el nuevo hombre restaurado, justificado, bajo la Gracia de Dios Nuestro Padre Celestial. 

¡Alabado eres Mi Sr Jesucristo.! 

Amen.! 

Jcoa.!

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