¡Dar Genrosamente; Ayuda  a Tu Prójimo.!jcoa.!

LA ECONOMÍA DE DIOS Y LA GENEROSIDADCharles Stanley

septiembre 25, 2018

2 Corintios 9.6-15

 6 Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará.7 Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. 8 Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes. 9 Como está escrito: «Repartió sus bienes entre los pobres;su justicia permanece para siempre.» 10 El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia. 11 Ustedes serán enriquecidos en todo sentido para que en toda ocasión puedan ser generosos, y para que por medio de nosotros la generosidad de ustedes resulte en acciones de gracias a Dios.12 Esta ayuda que es un servicio sagrado no sólo suple las necesidades de los *santos sino que también redunda en abundantes acciones de gracias a Dios. 13 En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del *evangelio de Cristo, y por su generosa solidaridad con ellos y con todos. 14 Además, en las oraciones de ellos por ustedes, expresarán el afecto que les tienen por la sobreabundante gracia que ustedes han recibido de Dios. 15 ¡Gracias a Dios por su don inefable!

2 Corinthians 9:6-15 | NVI

Cuando era niño, mi madre y yo apenas teníamos dinero para comida, techo y ropa, pero eso nunca le impidió ser generosa. Si uno de mis amigos le pedía comida, siempre le daba algo de comer, incluso aunque fuera solo un trozo de pan. Como niño, yo temía que no tuviéramos suficiente para nosotros, pero mi madre sabía que la economía del Señor funciona de manera diferente a la del mundo.

La sabiduría del mundo dice: “Gana todo lo que puedas, y haz todo lo que puedas para guardarlo”, pero los caminos de Dios son lo opuesto. En el pasaje de hoy, el apóstol Pablo usa las leyes naturales de la agricultura para enseñarnos los principios del Señor sobre la generosidad. Los agricultores saben que sembrar pocas semillas no resultará en una gran cosecha, pero eso es lo que algunos hacen cuando se trata de dar. Prefieren guardar la mayor parte de su semilla en el granero para asegurarse de que estará segura.

Sin embargo, cuando hacemos esto nos volvemos como el hombre de la parábola de ayer: se esforzó mucho por guardar todo lo que tenía, pero terminó su vida sin nada de valor eterno (Lc 12.15-21). 15 »¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes. 16 Entonces les contó esta parábola: —El terreno de un hombre rico le produjo una buena cosecha. 17 Así que se puso a pensar: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde almacenar mi cosecha.” 18 Por fin dijo: “Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes, donde pueda almacenar todo mi grano y mis bienes. 19 Y diré: Alma mía, ya tienes bastantes cosas buenas guardadas para muchos años. Descansa, come, bebe y goza de la vida.” 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te van a reclamar la *vida. ¿Y quién se quedará con lo que has acumulado?” 21 »Así le sucede al que acumula riquezas para sí mismo, en vez de ser rico delante de Dios.

Luke 12:15-21 | NVI

Vivir en la economía divina de Dios requiere fe en sus promesas. Si como cristianos, creemos en Él para nuestra salvación eterna. Entonces, ¿por qué somos reacios para confiarle nuestro dinero?

Somos llamados a ser vasos por medio de los cuales el Padre bendice a su iglesia y a otros. Él nos ha prometido pan suficiente y más semillas para sembrar. Cuando aprendemos sus caminos y confiamos en lo que Él ha escrito, el Señor es glorificado, y segamos una cosecha abundante de justicia.

Amigos cristianos en todas las naciones; dar con generosidad ayudando a quien lo necesite es aliviar la vida de alguien que está pasando por un momento difícil y no tiene como hacerlo o resolverlo y tú le tiendes la mano; te aseguro que no te olvidará, muy agradecido quedará; le aliviaste su camino; y si podemos hacer más por él le damos Palabra y vida en Jesucristo.! 

Seamos de bendición ayudemos a nuestro prójimo; no sólo el que no tiene necesita de Jesucristo; el que tiene también necesita ayuda y guía espiritual para su vida.! 

Amen.!

Jcoa.!

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