¡Nuestro puente hacia Dios!Charles Stanley.!
Juan 14.1-6
1. No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí.[I] 2 En el hogar de mi Padre hay muchas viviendas; si no fuera así, ya se lo habría dicho a ustedes. Voy a prepararles un lugar. 3 Y si me voy y se lo preparo, vendré para llevármelos conmigo. Así ustedes estarán donde yo esté. 4 Ustedes ya conocen el camino para ir adonde yo voy. Jesús, el camino al Padre 5 Dijo entonces Tomás:—Señor, no sabemos a dónde vas, así que ¿cómo podemos conocer el camino?6 —Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.
John 14:1/6. NVI
El Señor Jesús hace una clara, poderosa e inequívoca declaración en Juan 14.6: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”.
La gente ha rechazado esa declaración por más de 2.000 años. Algunos dicen que Jesús no lo dijo literalmente, mientras que otros rechazan su autoridad para decir tal cosa. Pero, como creyentes en el señorío de Cristo, debemos creer que es verdad lo que Él dice. Por tanto, pensemos un momento en la imagen verbal de ese versículo.
Cuando Jesús dice ser “el camino”, muchos piensan en una calle de un solo sentido. Saben que hay muchas calles, pero Él es la única que lleva al Padre. Es una buena imagen, pero pienso que podemos hacer un mejor análisis.
Me gusta pensar en Jesús, no como un camino, sino como un puente, nuestro puente hacia Dios. Consideremos la advertencia del apóstol Pablo en Romanos 3.23: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. La imagen aquí es la de un gran abismo entre Dios y nosotros que nos impide llegar a Él.
Entonces, ¿cómo hacerlo? La única manera es por medio de un puente, de un canal que nos dirija sin desvíos, ¡por supuesto! Eso es Jesús para nosotros; nunca podremos estar en mejores manos que en las de nuestro Señor. Él está en el medio para permitirnos cruzar con seguridad hasta los amorosos brazos del Padre celestial.
Medite en esta imagen mental. Cuando nos imaginamos impotentes y perdidos, con un cielo lejos de nuestro alcance por la gran división que nos separa, podemos apreciar de verdad el poder de la cruz.
Amigos cristianos en todas las naciones, cuando recibimos a Mi Sr Jesucristo como Señor y Salvador empezamos una relación permanente de ser consientes que El está en todo los momentos de nuestras vidas presente, para ayudarnos cuando lo necesitemos, y también para juzgarnos cuando nuestro comportamiento sea inadecuado y pequemos al incumplir sus santos mandamientos.
Por eso El es nuestro guía, nos lleva por su camino, que no tiene desviaciones, ni otras salidas, es un camino recto, donde aprendemos junto con El sus principios, sus consejos, su ayuda en los momentos difíciles de nuestras vidas; aprenderemos a guiarnos y orientarnos para no salirnos del camino.
El es la Verdad y la Vida por qué todo en El es Puro. Limpio. Transparente. El es la Luz en ese camino de vida espiritual que necesitamos seguir, para vivir eternamente en Su Morada Celestial.!
Amen.!
Jcoa.!