¡Nuestra confianza total es en Jesucristo.! Jcoa.!

¡Por qué no nos atrevemos a confiar!Charles Stanley.!

Lucas 5.1-11

[H] y la gente lo apretujaba para escuchar el mensaje de Dios. 2 Entonces vio dos barcas que los pescadores habían dejado en la playa mientras lavaban las redes. 3 Subió a una de las barcas, que pertenecía a Simón, y le pidió que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó, y enseñaba a la gente desde la barca. 4 Cuando acabó de hablar, le dijo a Simón: —Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar. 5 —Maestro, hemos estado trabajando duro toda la noche y no hemos pescado nada —le contestó Simón—. Pero como tú me lo mandas, echaré las redes. 6 Así lo hicieron, y recogieron una cantidad tan grande de peces que las redes se les rompían. 7 Entonces llamaron por señas a sus compañeros de la otra barca para que los ayudaran. Ellos se acercaron y llenaron tanto las dos barcas que comenzaron a hundirse. 8 Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —¡Apártate de mí, Señor; soy un pecador! 9 Es que él y todos sus compañeros estaban asombrados ante la pesca que habían hecho, 10 como también lo estaban *Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. —No temas; desde ahora serás pescador de hombres —le dijo Jesús a Simón. 11 Así que llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, siguieron a Jesús.

Luke 5:1c-11 | NVI

En el Mar de Galilea, el mejor momento del día para pescar había pasado horas antes, por lo que los pescadores estaban limpiando sus redes en la orilla. Pero, a petición de un predicador ambulante, uno de ellos echó sus redes al agua. La recompensa por la confianza de Pedro fue algo que rompió récord —y además su red.

Como creyentes, también queremos vencer nuestras dudas para obedecer con valentía a Dios. Pero, a veces, confiamos en nuestras habilidades para decidir si vamos a confiar o no en Él. Quizás lo que el Señor nos esté pidiendo no parezca razonable. Por ejemplo, el principio del diezmo va en contra de la prudencia humana, pero cuando damos a Dios una décima parte de nuestros ingresos, Él hace que el 90% restante rinda más de lo que podría lograr el 100%.

En otras situaciones, vacilamos en confiar en el Señor porque nuestro conocimiento o experiencia contradicen su plan. Toda la experiencia de Pedro indicaba que la pesca después de cierta hora sería inútil. A veces, Dios desafía a los creyentes a actuar, aun cuando no entiendan cómo podrán tener éxito.

Escuchar las opiniones de los demás es otro obstáculo para tener fe. Hay un tiempo para buscar el consejo de otros, pero cuando el Señor hace clara su voluntad debemos actuar. No debemos levantar el teléfono para preguntar a los amigos lo que piensan. Ninguna opinión importa más que la del Señor, quien no comete errores al presentar su plan.

La próxima vez que tenga dudas, piense en la razón. Entonces, podrá orar específicamente para superar el obstáculo a su fe, y seguir adelante, sabiendo que Dios bendice los pasos que demos para obedecerle.

Amigos cristianos en todas las naciones, tener fe, es bastante difícil cuando las circunstancias no están a nuestro favor; por qué estamos tensionados, preocupados, con la moral decaida, creemos que ya no hay solución, por qué me pasa a mi, miramos a otros y los vemos mejor que nosotros, en fin se acabo perdemos toda seguridad y nos sentimos mal.

Se nos olvida que tenemos a Nuestro Padre Celestial, que debemos es orar, clamarle, solicitarle su ayuda y entregarle todo nuestro ser, para ser restituidos y volver a empezar a confiar en que sus propósitos y designios son el mejor camino que debemos tomar.

En mi profesión como corredor inmobiliario me sucede muy seguido el acto de fe, puede pasar mucho tiempo en que las negociaciones se estancan, o no dan el resultado esperado de cerrar la venta y se pone en duda, mi capacidad, o el por qué no se realizó el negocio. Pero ahí es cuando más me aferro a Su Palabra y entrego todo mi ser para decirle Mi Sr Jesucristo Tu lo sabes todo mejor que yo. 

También puede suceder por qué ponemos nuestras esperanzas en las cosas materiales y en nuestras fuerzas; y no lo hacemos, permitiendo que Nuestro Dios Todopoderoso actúe en nuestras vidas. 

Recordemos » todo lo podemos en Mi Sr Jesucristo quien nos fortalece». 

Amen.!

Jcoa.!

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