¡Hoy me rindo en la cruz del calvario.! Jcoa.!

¡Lo que sucedió realmente en el Calvario!Charles Stanley.!

Hebreos 10.10-14

10 Y en virtud de esa voluntad somos *santificados mediante el sacrificio del cuerpo de *Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.11 Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. 12 Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la *derecha de Dios, 13 en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.

Hebrews 10:10-14 | NVI

Si preguntamos qué sucedió el Viernes Santo, muchas personas pudieran señalar los eventos del Calvario. Algunos podrían decir que Cristo fue clavado en una cruz, que soldados romanos se rifaron las vestiduras de Jesús y que tinieblas cubrieron la Tierra. Otros mencionarían la corona de espinas, el terremoto y a la madre de Jesús observando lo que debió haber sido terrible y desgarrador.

Pero no importa cuántos detalles visibles pudieran nombrarse, mucho más estaba pasando de lo que se podía ver: en la cruz, el pecado fue juzgado.

Al dar su primer mandamiento en el huerto del Edén, Dios advirtió que la desobediencia llevaría al castigo de la muerte (Gn 2.17). 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás.»

Genesis 2:17 | NVI

Así que, desde el principio, el juicio de Dios por el pecado fue profetizado, y más tarde estuvo también representado en el detallado sistema sacrificial que Él estableció. Bajo este sistema, cada transgresión requería que la sangre de un animal fuera rociada sobre el altar. La gravedad del castigo —el pago de una vida— era la manera de nuestro santo Dios de advertir cuán horrible y odioso es, en realidad, el pecado. Era también una prefiguración del Cordero de Dios, quien vendría a llevarse el pecado del mundo (Jn 1.29). 29 Al día siguiente Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: «¡Aquí tienen al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!

John 1:29 | NVI

Jesucristo era, en la cruz, lo que era ese cordero en el altar, pero con una diferencia significativa: bajo el viejo pacto, cada vez que se cometía pecado, un animal más tenía que morir. En cambio, Jesús se ofreció voluntariamente para expiar el pecado de todo el mundo (He 7.27). 27 A diferencia de los otros sumos sacerdotes, él no tiene que ofrecer sacrificios día tras día, primero por sus propios pecados y luego por los del pueblo; porque él ofreció el sacrificio una sola vez y para siempre cuando se ofreció a sí mismo. 

Hebrews 7:27 | NVI

Negarse a aceptar el sacrificio expiatorio de Cristo nos deja con la responsabilidad de pagar nuestra deuda por el pecado. ¿No quisiera usted dar gracias al Salvador por el regalo maravilloso que le ofrece, o recibirlo en este momento?

Amigos cristianos en todas las naciones, el Cordero de Dios Mi Sr Jesucristo es el único que quita el pecado de nuestras vidas; si lo confesamos en su Santa Presencia, arrepentidos por cada momento en que hicimos lo malo y desobedecimos Sus Santos Mandamientos, El nos perdonará, sanará y restaurará nuestras vidas, permitiéndonos comenzar de nuevo en santidad, purificados, por su precios sangre, derramada en la cruz del calvario por todos nuestros pecados una sola vez y para siempre.

Su sacrificio al morir en la cruz lo hizo por toda la humanidad, venciendo al enemigo y la muerte; para que todos tengamos la oportunidad de ser salvos y vivir eternamente en su Casa Celestial. 

Reverenciemos su nombre, adorémosle, honrémosle, glorifiquémosle, Mi Sr Jesucristo lo merece; que cada uno de nosotros continuemos su legado de ir por las naciones llevando Su Nombre, contándole a toda persona quien es Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.! 

Si tú no le conoces te invito hacer este llamado para ser salvo! 

Mi Sr Jesucristo hoy reconozco que he pecado, he hecho lo malo delante de tu presencia, perdóname, ten piedad y Misericordia de mi vida, reconozco que tú sacrifico en la cruz del calvario fue por mí y toda la humanidad, límpiame, purifícame con Tu Preciosa Sangre, restaurando mi vida, para servirte, hoy declaro que abro mi corazón para recibirte como Mi Señor y Salvador personal, en Tu Santo Nombre lo creo y lo declaró.

Amen.!

Jcoa.!

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