¡Aprender en las aguas turbulentas!Charles Stanley.!
Salmo 34.1-19
34/1. [F]Bendeciré al Señor en todo tiempo; mis labios siempre lo alabarán. Bet2 Mi *alma se gloría en el Señor; lo oirán los humildes y se alegrarán. Guímel3 Engrandezcan al Señor conmigo; exaltemos a una su *nombre. Dálet4 Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. He5 Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza. Zayin6 Este pobre clamó, y el Señor le oyó y lo libró de todas sus angustias. Jet7 El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen; a su lado está para librarlos. Tet8 Prueben y vean que el Señor es bueno;*dichosos los que en él se refugian. Yod9 Teman al Señor, ustedes sus santos, pues nada les falta a los que le temen. Caf10 Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta. Lámed11 Vengan, hijos míos, y escúchenme, que voy a enseñarles el temor del Señor. Mem12 El que quiera amar la vida y gozar de días felices,Nun13 que refrene su lengua de hablar el mal y sus labios de proferir engaños; Sámej14 que se aparte del mal y haga el bien; que busque la *paz y la siga. Ayin15 Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones; Pe16 el rostro del Señor está contra los que hacen el mal, para borrar de la tierra su memoria. Tsade17 Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus angustias. Qof18 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido. Resh19 Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas;
Psalms 34:1/19 | NVI
Dios promete que cuando enfrentemos tiempos difíciles, Él mantendrá su mirada sobre nosotros. El Señor quiere ser nuestro maestro y guía en medio de la dificultad, pero debemos tener la actitud correcta para reaccionar de acuerdo a sus señales. Es decir, necesitamos:
1. Tener el anhelo de obedecer solamente la voluntad de
Dios.
La Biblia compara ese anhelo con el de un ciervo que jadea en busca de agua (Sal 42.1). Cual ciervo jadeante en busca del agua, así te busca, oh Dios, todo mi ser.
Psalms 42:1 | NVI
Así debe ser con nosotros cada vez que esperamos la dirección de Dios, en vez de actuar por nuestra cuenta.
2. Estar dispuestos a ser enseñados por Dios.
Él transformará las pruebas difíciles en oportunidades para enseñarnos, cuando le buscamos para recibir orientación. Ese fue el caso de Ana cuando le rogó que le diera un hijo Y también el de María y Marta cuando su hermano Lázaro murio. Necesitamos tener un espíritu dispuesto si queremos aprender lo que Dios quiere enseñarnos. Dios sabe cuál es la mejor manera de infundir sabiduría, y puede elegir el dolor y la dificultad como medios de instrucción.
3. Rendirse a su voluntad.
Antes de darnos a conocer la solución que Él tiene, el Señor nos pide que nos entreguemos a su voluntad. Nos llama a andar por fe, no por vista (2 Co 5.7), 7 Vivimos por fe, no por vista. 2 Corinthians 5:7 | NVI, y a reconocer que sin Él somos impotentes (Jn 15.5). 5 »Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.
John 15:5 | NVI. Confesar nuestro sometimiento a su voluntad es siempre lo mejor.
Las dificultades son una parte desagradable de la vida, pero pueden ser de valor. Muchas veces, lo que quisimos evitar resultó ser justamente lo que necesitábamos. Dios nos pide que tengamos un corazón sensible, un espíritu dócil y una voluntad rendida. ¿Refleja usted estas cualidades?
Amigos cristianos en todas las naciones, examinémonos y respondamos, ¿Tenemos un corazón sensible a la Palabra de Dios? ¿Escuchamos su voz? ¿Un espíritu dócil dispuesto a responder el poder sobrenatural de Dios? ¿Una voluntad rendida al Padre Celestial?
Necesitamos seguir estos pasos en nuestras vidas, e implementarlos para que nuestro andar diario sea en las dificultades o con las bendiciones, podamos responder y recibirlas, dando lo mejor de nosotros, en nuestro carácter y conducta cristiana; necesitamos dar un testimonio alrededor de las personas que conviven en nuestro entorno, mostrando que su conducta no interfiere en nuestra relación diaria con Nuestro Padre Celestial, sus actos de maldad o de daño hacia nosotros, responderemos con un actuar y fe en Jesucristo. ¿Por qué? Muchas de las tormentas en nuestras vidas se deben a actos o actuaciones del projimo hacia nosotros, nos quieren hacer daño, e interrumpir nuestras vidas en Jesucristo, quieren que les respondamos como actúan ellos, y buscan la manera para poder lograrlo.
También son disposiciones de Nuestro Padre Celestial teniendo esos encuentros, para pulir nuestro carácter y conducta cristiana, para ver cómo respondemos en estas situaciones.
Siempre debemos orar y clamar al Padre Celestial, nos ayude, nos guíe, nos de sabiduría, paz, amor, para responder con su Palabra ante toda tormenta que se acerque a nuestras vidas.
Amen.!
Jcoa.!