¡Con Jesús en la tormenta!Charles Stanley.!
Mateo 14.22-33
22 En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo, 24 y la barca ya estaba bastante lejos[A] de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.25 En la madrugada,[B] Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago. 26 Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados.—¡Es un fantasma! —gritaron de miedo.27 Pero Jesús les dijo en seguida:—¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.28 —Señor, si eres tú —respondió Pedro—, mándame que vaya a ti sobre el agua.29 —Ven —dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. 30 Pero al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:—¡Señor, sálvame!31 En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió:—¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?32 Cuando subieron a la barca, se calmó el viento. 33 Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo:—Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios.
Matthew 14:22c-33 | NVI
Era de noche. Había vientos fuertes, las olas rompían y la visibilidad era poca. Para los discípulos, que estaban en el mar en una pequeña barca, la situación había empeorado, y Jesús no estaba con ellos. Mientras ellos lidiaban con una tempestad, Él estaba orando en la ladera de una montaña.
En medio de la tormenta, los discípulos tal vez pensaron que Jesús los había olvidado. Pero Él sabía exactamente dónde estaban ellos y qué estaban experimentando. Aunque no podamos ver a Jesús físicamente, Él es omnisciente; sabe dónde estamos en todo momento. Ninguna oscuridad puede ocultarnos; ningún mal momento puede bloquear su visión. ¡Siempre somos vistos, conocidos y comprendidos!
Sin embargo, ellos no le reconocieron porque fue a ellos caminando sobre el agua. Muchas veces, el Señor Jesús no viene de la manera que esperamos. Nuestras ideas preconcebidas de cómo Él trabaja pueden hacer que nos preguntemos dónde pudiera estar e impedirnos ver lo cerca que está.
Experimentar la presencia de Jesús en los momentos difíciles puede enseñarnos verdades preciosas. En una aventura anterior en un mar agitado, los discípulos habían observado tanto la confianza de Jesús en el Padre celestial, como su autoridad sobre la naturaleza (Mt 8.23-26). 23 Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. 24 De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. 25 Los discípulos fueron a despertarlo.—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar!26 —Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo?Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo.
Matthew 8:23/26 | NVI
En la nueva tormenta, vieron al Señor caminar sobre el agua, y también a uno de ellos hacer lo mismo. Por medio de las tormentas, los discípulos aprendieron quién era Jesús, lo que podía hacer y el potencial que ellos tenían.
Cuando la crisis nos golpee, pidamos ojos espirituales para discernir la presencia del Señor. Después, escuchemos su voz y obedezcamos (Jn 10.27). 27 Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.
John 10:27 | NVI
Amigos cristianos en todas las naciones, las tormentas en nuestras vidas serán más llevaderas si tenemos nuestra fe puesta siempre en Mi Sr Jesucristo; El calma la tormenta, en el momento oportuno, no es en nuestro tiempo, sino en el de El, sabe por qué se pueden demorar o ser más corta, nos está puliendo, enseñando a que tengamos más confianza si hemos decidido seguirlo y ser Señor de nuestras vidas.
Mi Sr Jesucristo está en todo momento presente en nosotros, (Omnisciente. Omnipresente. Omnipotente.), ¿entonces por qué dudamos? El pecado nos aparta y por ello nos sentimos solos y abandonados, por qué si hemos sido desobedientes, entonces actuaremos con miedo y temor, dudaremos y no podremos resolver los problemas que nos afligen; pero si somos obedientes, actuamos con fe su ayuda vendrá y a toda tormenta que quiera hacernos daño será disipada, calmada, sacada a fuera de nuestras vidas, y todo volverá a la calma; La Paz llegará a nuestras vidas.!
Mi Sr Jesucristo calma las tormentas en nuestras vidas.!
Amen.!
Jcoa.!