¡La incompetencia: Una bendición!Charles Stanley.!
2 Corintios 3.1-6
31 ¿Acaso comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso tenemos que presentarles o pedirles a ustedes cartas de recomendación, como hacen algunos? 2 Ustedes mismos son nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. 3 Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida[C] por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones.4 Ésta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. 5 No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. 6 Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida.
2 Corinthians 3:-6 | NVI
El sentimiento de incompetencia puede ser un obstáculo para realizar la voluntad del Señor, ya que puede impedirnos actuar con fe para cumplir lo que Dios nos llame a hacer. No es pecado sentirse incompetente, pero sí lo es ser desobediente al no tratar de vencer tal sentimiento. En cambio, una respuesta correcta a las deficiencias puede convertir a la incompetencia en una bendición.
Aun el apóstol Pablo se sintió incompetente, pero no permitió que sus sentimientos le impidieran compartir el evangelio (1 Ti 1.15, 16). 15 Este mensaje es digno de crédito y merece ser aceptado por todos: que Cristo Jesús vino al mundo a salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. 16 Pero precisamente por eso Dios fue misericordioso conmigo, a fin de que en mí, el peor de los pecadores, pudiera Cristo Jesús mostrar su infinita bondad. Así vengo a ser ejemplo para los que, creyendo en él, recibirán la vida eterna.
1 Timothy 1:15-16 | NVI
En vez de eso, dejó que el reconocimiento de sus limitaciones lo acercara más a Dios. Para los creyentes, la reacción correcta debe incluir más oración y más meditación bíblica que ayude a que la confianza en el Señor se fortalezca. Cuando nos liberamos de la carga de confiar en nuestras propias fuerzas, nos sentimos motivados a trabajar mediante el poder del Espíritu Santo.
El Espíritu de Dios nos capacita para alcanzar todo lo que estemos llamados a hacer. Los discípulos siguieron a Jesús durante años, pero sus instrucciones finales no dejaron dudas en cuanto a sus limitaciones. Les dijo: Vayan y hablen al mundo de mí después que hayan recibido el poder del Espíritu (Hch 1.4-8). 4 Una vez, mientras comía con ellos, les ordenó:—No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del Padre, de la cual les he hablado 5 Juan bautizó con[A] agua, pero dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo.6 Entonces los que estaban reunidos con él le preguntaron:—Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el reino a Israel?7 —No les toca a ustedes conocer la hora ni el momento determinados por la autoridad misma del Padre —les contestó Jesús—. 8 Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.
Acts 1:4-8 | NVI
Los discípulos de Cristo eran, también, incompetentes.
Pero nuestra incompetencia permite a Dios demostrar las grandes cosas que puede hacer con tan poco. Recordemos que Moisés y David eran simples pastores, y Gedeón el menor entre los hombres de Israel, pero el Señor hizo hazañas asombrosas por medio de ellos.
Nuestra incompetencia puede ser una bendición, pues puede llevarnos a tener una relación más sólida con Dios (2 Co 12.9). 9 pero él me dijo: «Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad.» Por lo tanto, gustosamente haré más bien alarde de mis debilidades, para que permanezca sobre mí el poder de Cristo.
2 Corinthians 12:9 | NVI
Amigos cristianos en todas las naciones, ser incompetentes después de recibir instrucción de La Palabra de Dios, no es un defecto, es saber que con el Poder del Espíritu Santo de Dios, nuestra debilidad o,incompetencia es superada al actuar en obediencia las instrucciones y propósitos para lo que fuimos llamados; testificar con nuestra manera de ser que hay una vida nueva cuando se recibe a Mi Sr Jesucristo en el corazón.
Al aferrarnos al poder que nos otorga El Espíritu Santo de Dios, seremos vencedores y podremos cumplir con la gran comilón que se nos ha encargado a cada uno de nosotros, con temor o temblor saldremos adelante, por qué todo lo podemos en Mi Sr Jesucristo quien nos fortalece, para actuar en obediencia en sus propósitos.
Amen.!
Jcoa.!