¡Sin Excusas! Obediencia Total! Jcoa.!

¡Ninguna justificación!Charles Satnley.!

Jonás 1

Señor vino a Jonás hijo de Amitay: 2 «Anda, ve a la gran ciudad de Nínive y proclama contra ella que su maldad ha llegado hasta mi presencia.»3 Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor. 4 Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos.5 Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, que había bajado al fondo de la nave para acostarse, ahora dormía profundamente. 6 El capitán del barco se le acercó y le dijo:—¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos.7 Los marineros, por su parte, se dijeron unos a otros:—¡Vamos, echemos suertes para averiguar quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre!Así lo hicieron, y la suerte recayó en Jonás. 8 Entonces le preguntaron:—Dinos ahora, ¿quién tiene la culpa de que nos haya venido este desastre? ¿A qué te dedicas? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿A qué pueblo perteneces?9 —Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió.10 Al oír esto, los marineros se aterraron aún más, y como sabían que Jonás huía del Señor, pues él mismo se lo había contado, le dijeron:—¡Qué es lo que has hecho!11 Pero el mar se iba enfureciendo más y más, así que le preguntaron:—¿Qué vamos a hacer contigo para que el mar deje de azotarnos?12 —Tómenme y láncenme al mar, y el mar dejará de azotarlos —les respondió—. Yo sé bien que por mi culpa se ha desatado sobre ustedes esta terrible tormenta.13 Sin embargo, en un intento por regresar a tierra firme, los marineros se pusieron a remar con todas sus fuerzas; pero como el mar se enfurecía más y más contra ellos, no lo consiguieron. 14 Entonces clamaron al Señor: «Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la *vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente.» 15 Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. 16 Al ver esto, se apoderó de ellos un profundo temor al Señor, a quien le ofrecieron un sacrificio y le hicieron votos.17 El Señor, por su parte, dispuso un enorme pez para que se tragara a Jonás, quien pasó tres días y tres noches en su vientre.

Jonah 1:1c | NVI

Jonás huyó a Tarsis para escapar del plan de Dios. El profeta pensó erróneamente que ignorar la orden divina haría que el Señor la retirara. Pero Dios intervino una y otra vez y de manera dramática en la vida de Jonás hasta que le obedeció.

Jonás creyó que tenía una buena razón para ser reacio. Los ninivitas eran un pueblo sanguinario firmemente decidido a conquistar a Israel. Por eso, caminar por la ciudad gritando: “Nínive será destruida”, era una perspectiva aterradora. Y, como reveló más tarde el profeta, le preocupaba que Dios quisiera salvar la ciudad si la gente se arrepentía (Jon 4.2). 

2 Así que oró al Señor de esta manera:—¡Oh Señor! ¿No era esto lo que yo decía cuando todavía estaba en mi tierra? Por eso me anticipé a huir a Tarsis, pues bien sabía que tú eres un Dios bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, que cambias de parecer y no destruyes. 

Jonah 4:2 | NVI

¡Jonás quería que la destruyera! Por tanto, sus razones para huir le parecieron correctas antes sus propios ojos, pero eso no hizo detener a Dios.

No hay ninguna justificación adecuada para la rebeldía. La gente que huye de Dios utiliza a menudo esta frase: “Se lo qué Dios dice, pero …”. Puedo decirle con absoluta certeza que todo lo que sigue al “pero” es una pérdida de tiempo. Al Señor no le interesan las excusas ni las ambiciones egoístas; Él solo desea la obediencia. Dios tiene razones para pedirle al creyente que tome acciones específicas, y sus propósitos son siempre buenos. Piense en el increíble beneficio que iba a ser para Jonás y sus compatriotas si su enemiga Nínive se convertía en una aliada que adorara al mismo Dios que ellos.

El Señor no cambia su plan para adaptarlo a nuestro propósito. Por el contrario, usa los acontecimientos, las personas y la dirección del Espíritu Santo para llevarnos al centro de su voluntad. Hágalo voluntariamente por su propio beneficio. Quizás no le gustará la tarea que Dios le asigne, pero si Él quiere que se haga, es porque vale la pena.

Amigos cristianos en todas las naciones, huir, escaparse de la presencia de Nuestro Padre Celestial, ¿a donde podremos ir sin que El nos vea? No hay ningún lugar donde podamos escondemos, El es Omnipresente está en todas partes, ¿por qué entonces escaparnos? No! debemos hacerle frente a las decisiones que tomamos cada día, pidamos su guía, ayuda para cada asunto que tengamos que realizar, y así estaremos seguros de nuestro proceder, cumpliremos a cabalidad sus instrucciones y mandatos y más bien nos regocijaremos en Su Presencia Alabándole. Adorándole. Dandole gracias por su infinito amor y misericordia que tiene para con nosotros, por morar dentro de nuestros corazones. Gracias Mi Sr Jesucristo por perdonarnos todos nuestros pecados, limpiándonos, purificándonos, santificándonos, para que seamos obedientes a Su Santa Palabra y cumplamos a cabalidad sus instrucciones, siempre con el poder de Tu Santo Espíritu.!

Amen.!

Jcoa.!

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