¡El precio de huir de Dios!Charles Stanley.!
Jonás 4.9-11
9 Pero Dios le dijo a Jonás:—¿Tienes razón de enfurecerte tanto por la planta?—¡Claro que la tengo! —le respondió—. ¡Me muero de rabia!10 El Señor le dijo:—Tú te compadeces de una planta que, sin ningún esfuerzo de tu parte, creció en una noche y en la otra pereció. 11 Y de Nínive, una gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no distinguen su derecha de su izquierda, y tanto ganado, ¿no habría yo de compadecerme?
Jonah 4:9-11 | NVI
Usted pensaría que una peligrosa tormenta en el mar, y unos pocos días en el vientre de una ballena harían reflexionar seriamente a una persona. Pero, si ese hombre es Jonás, estaría equivocado. Los últimos párrafos de su libro muestran a un profeta vengativo cuyo cuerpo había obedecido al Señor, pero cuyo corazón seguía todavía huyendo.
Jonás pagó un precio monetario por haber huido de Dios: su costoso boleto a Tarsis (Jon 1.3), 3 Jonás se fue, pero en dirección a Tarsis, para huir del Señor. Bajó a Jope, donde encontró un barco que zarpaba rumbo a Tarsis. Pagó su pasaje y se embarcó con los que iban a esa ciudad, huyendo así del Señor,
Jonah 1:3 | NVI
además de las consecuencias físicas que sufrió. Sin embargo, una vez que esos hechos quedaron en el pasado, Jonás siguió confrontando el costo espiritual de su huida. No tenía paz ni gozo, sino una amargura tan grande que le rogó a Dios que le diera alivio enviándole la muerte.
Como creyentes, no podemos desobedecer al Señor y no pagar un precio. Nuestra vida espiritual se debilita. Las destrezas y las habilidades que Dios nos ha concedido se atrofian por la falta de uso, mientras perdemos el tiempo huyendo. Y también nos arriesgamos a tener pérdidas en otros aspectos a medida que aumentan las consecuencias de nuestras acciones. La familia, las finanzas, la salud y otras cosas más pueden verse afectadas por el pecado.
Usted quizás tenga algún hábito o plan que sabe que desafía la voluntad de Dios. ¿Ha considerado el precio? Aunque Satanás pueda decirle lo contrario, el pecado acarrea consecuencias. Dios no podría seguir siendo santo y justo si permitiera que las personas pecaran sin ser castigadas. El costo de seguir nuestra propia voluntad es alto. Solo vea la desdicha de Jonás por las decisiones que tomó. La recompensa por obedecer a Dios es mucho más grata.
Amigos cristianos en todas las naciones, fuerte Palabra, pero debemos considerarla para recapacitar en nuestro diario vivir, respecto a las situaciones de nuestros pecados, y nuestra conducta, ¿estamos escondiéndole a Mi Sr Jesucristo algo que queremos pasar por alto, que creemos no le debe molestar? Que a nosotros nos parece que está bien, pero nuestra conciencia deja un vacío o nos llama y no le hacemos caso.
No permitamos que esas pequeñas zorras nos separen de estar bendecidos, protegidos, por Mi Sr Jesucristo, entreguémosle todo, confesemos todos nuestros pecados, no guardemos nada por más difícil que sea, El nos conoce completamente y sabe el ayer, el hoy y el mañana, así que para que nos escondemos como Caín, Adán y Eva.
Démosle todo Albanza. Honra. Gloria, lo mejor de nuestras vidas, esforcémonos y presentémonos con un olor agradable limpios, purificados, santificados por Su Preciosa Sangre para recibir su abrazo celestial dándonos su aprobación por estar dispuestos cada día en el camino de la Salvación.
Amen.!
Jcoa.!