¡Segundas oportunidades! Jcoa.!

¡Toda una vida de segundas oportunidades!Charles Stanley.!

Romanos 5.1-6

En consecuencia, ya que hemos sido *justificados mediante la fe, tenemos[Z] paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2 También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos *regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. 3 Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; 4 la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. 5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.6 A la verdad, como éramos incapaces de salvarnos,[A] en el tiempo señalado Cristo murió por los malvados.

Romans 5:1-6 | NVI

Pablo utilizó una bella frase para referirse a la posición del creyente en Cristo: “Tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes” (Ro 5.2, énfasis añadido). Esto no es un charco de misericordia que apenas moja los dedos, sino un enorme océano. La bondad del Señor nos envuelve sin tener en cuenta nuestro valor o mérito.

La gracia de Dios es un concepto fundamental que los creyentes debemos entender. Él ofrece su favor a la humanidad, porque el sacrificio de Jesús en la cruz compró el perdón y la salvación para todo aquel que cree. Sin embargo, muchas personas piensan que están disfrutando de la bondad de Dios, cuando lo que realmente están tratando de hacer es ganarla. Si tenemos que comprar, merecer o esforzarnos por obtener la gracia, entonces no es un regalo (Ef 2.8, 9). 8 Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras, para que nadie se *jacte. 

Ephesians 2:8-9 | NVI

El Señor dice claramente que las obras no pueden salvarnos; de hecho, dice que nuestras buenas obras son como trapos sucios (Isa 64.6). Todos somos como gente *impura; todos nuestros actos de justiciason como trapos de inmundicia.Todos nos marchitamos como hojas:nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.

Isaiah 64:6 | NVI

Por otra parte, la gracia no es una licencia para pecar o ser perezosos; los cristianos estamos llamados a servir al Señor todos los días. Desde afuera, normalmente es imposible distinguir entre obras y servicio en la vida de alguien. Pero Dios conoce la motivación del corazón. Él acepta para su gloria las cosas que hacemos para demostrarle nuestro amor y para expresar agradecimiento por sus incontables bendiciones.

Servir a Dios para ganar su favor o para asegurarnos de que Él seguirá bendiciéndonos, equivale a invalidar la gracia. ¡No hay nada que podamos hacer para merecer la bondad del Señor! Él la derrama gratuitamente sobre los creyentes, de modo que cada uno reciba la plenitud de su gracia.

Amigos cristianos en todas las naciones, la Gracia infinita de Nuestro Padre Celestial, está sobre nosotros; sin merecerlo El nos ha llenado de su Gracia, para que seamos sus discípulos y llevemos Su Palabra a toda las naciones, por eso queremos que de aquí se extienda con nuestro ejemplo de vida dando enseñanzas del cambio y transformación que cada uno de nosotros hemos tenido al recibir en nuestros corazones a Mi Sr Jesucristo como Señor y único Salvador personal.

Recibimos perdón de todos nuestros pecados, su Preciosa Sangre nos limpio, purificó y santificó para que nuestra santidad pueda estar en Su Presencia, compartiéndola con Nuestro Padre Eterno y recibiendo el fruto y poder de su Santo Espíritu, para ser de Bendición en todo tiempo y lugar.

Amen.!

Jcoa.!

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