¡Cuando Dios cierra una puerta!¡Charles Stanley!
Hechos 16.1-15
Llegó Pablo a Derbe y después a Listra, donde se encontró con un discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre *griego. 2 Los hermanos en Listra y en Iconio hablaban bien de Timoteo, 3 así que Pablo decidió llevárselo. Por causa de los judíos que vivían en aquella región, lo circuncidó, pues todos sabían que su padre era griego. 4 Al pasar por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los *ancianos de Jerusalén, para que los pusieran en práctica. 5 Y así las iglesias se fortalecían en la fe y crecían en número día tras día. La visión de Pablo del hombre macedonio 6 Atravesaron la región de Frigia y Galacia, ya que el Espíritu Santo les había impedido que predicaran la palabra en la provincia de *Asia. 7 Cuando llegaron cerca de Misia, intentaron pasar a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió. 8 Entonces, pasando de largo por Misia, bajaron a Troas. 9 Durante la noche Pablo tuvo una visión en la que un hombre de Macedonia, puesto de pie, le rogaba: «Pasa a Macedonia y ayúdanos.» 10 Después de que Pablo tuvo la visión, en seguida nos preparamos para partir hacia Macedonia, convencidos de que Dios nos había llamado a anunciar el *evangelio a los macedonios. Conversión de Lidia en Filipos 11 Zarpando de Troas, navegamos directamente a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis. 12 De allí fuimos a Filipos, que es una colonia romana y la ciudad principal de ese distrito de Macedonia. En esa ciudad nos quedamos varios días.13 El *sábado salimos a las afueras de la ciudad, y fuimos por la orilla del río, donde esperábamos encontrar un lugar de oración. Nos sentamos y nos pusimos a conversar con las mujeres que se habían reunido. 14 Una de ellas, que se llamaba Lidia, adoraba a Dios. Era de la ciudad de Tiatira y vendía telas de púrpura. Mientras escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que respondiera al mensaje de Pablo. 15 Cuando fue bautizada con su familia, nos hizo la siguiente invitación: «Si ustedes me consideran creyente en el Señor, vengan a hospedarse en mi casa.» Y nos persuadió.
Acts 16:1-15 | NVI
¿Alguna vez ha orado por una situación, sintiéndose seguro de la voluntad de Dios, para luego darse cuenta de que la puerta se cerró? Quizás era la mudanza a otra ciudad, una relación para casarse, o una oportunidad de empleo que parecía tan prometedora. No importa la situación, el resultado fue confusión, decepción, y tal vez, incluso, desesperación. ¿Qué estaba haciendo Dios?
Pablo y Silas tuvieron una experiencia parecida en su segundo viaje misionero. En vez de seguir su propósito original de visitar las iglesias que habían constituido, decidieron ir a un nuevo territorio. Pero el Espíritu Santo les prohibió entrar en Asia (la actual Turquía). Así que fueron al norte, a Misia, con la intención de dirigirse a Bitinia. Pero el Espíritu Santo les cerró la puerta de nuevo.
Es posible que, a esas alturas, se hayan preguntado por qué Dios les impedía la predicación del evangelio. Después de todo, ¿no había dado Jesús la Gran Comisión (Mt 28.19, 20)? La respuesta le vino a Pablo en un sueño: el Señor los estaba redirigiendo a Grecia, una nación con grandes ciudades metropolitanas. Desde allí, el evangelio podría propagarse con mayor rapidez; finalmente, Pablo llegó a Éfeso, y desde aquí el evangelio se extendió a Asia. En el momento que Juan escribió el Apocalipsis, había al menos siete iglesias en ese continente.
Dios utiliza puertas cerradas para redirigirnos a su voluntad. Por tanto, la respuesta más sabia es confiar en su infinita sabiduría, esperar su clara dirección y seguir la guía del Espíritu Santo. La redirección de Dios trae bendición, si simplemente confiamos en Él y le obedecemos.
Amigos cristianos en todas las naciones, Su Palabra hoy nos exhorta a prestar atención a esos momentos de nuestras vidas cuando no nos sale bien algo que queríamos hacer y nos molestamos o entristecemos por qué creíamos que ese era el camino a seguir. Pero si tomamos la lección de hoy de entender que Nuestro Padre Celestial nos da otra opción un camino nuevo para que hagamos su Voluntad, veremos que haciéndolo llegaran las bendiciones que estábamos esperando.
Dejémonos re dirigir nuestras vidas, estemos atentos a Su Consejo y muchas puertas nuevas se nos abrirán.
Amen.!
¡Bendiciones a granel en sus vidas!
Jcoa.!