¡El disfrute de la vida!Charles Stanley!
Eclesiastés 2.1-23
Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida.» ¡Pero aun esto resultó un absurdo! 2 A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?3 Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —si bien mi *mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la *necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.4 Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos, 5 cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales. 6 También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían. 7 Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén. 8 Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén![C]9 Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo. 10 No le negué a mis ojos ningún deseo, ni a mi *corazón privé de placer alguno, sino que disfrutó de todos mis afanes. ¡Sólo eso saqué de tanto afanarme!11 Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida. Todos paran en lo mismo 12 Consideré entonces la sabiduría, la *necedad y la insensatez —¿qué más puede hacer el sucesor del rey, aparte de lo ya hecho?—, 13 y pude observar que hay más provecho en la sabiduría que en la insensatez, así como hay más provecho en la luz que en las tinieblas. 14 El sabio tiene los ojos bien puestos, pero el necio anda a oscuras. Pero también me di cuenta de que un mismo final les espera a todos. 15 Me dije entonces: «Si al fin voy a acabar igual que el necio, ¿de qué me sirve ser tan sabio?» Y concluí que también esto es absurdo, 16 pues nadie se acuerda jamás del sabio ni del necio; con el paso del tiempo todo cae en el olvido, y lo mismo mueren los sabios que los necios.17 Aborrecí entonces la vida, pues todo cuanto se hace en ella me resultaba repugnante. Realmente, todo es absurdo; ¡es correr tras el viento!18 Aborrecí también el haberme afanado tanto en esta vida, pues el fruto de tanto afán tendría que dejárselo a mi sucesor, 19 y ¿quién sabe si éste sería sabio o necio? Sin embargo, se adueñaría de lo que con tantos afanes y sabiduría logré hacer en esta vida. ¡Y también esto es absurdo!20 Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida, 21 pues hay quienes ponen a trabajar su sabiduría y sus conocimientos y experiencia, para luego entregarle todos sus bienes a quien jamás movió un dedo. ¡Y también esto es absurdo, y un mal enorme! 22 Pues, ¿qué gana el *hombre con todos sus esfuerzos y con tanto preocuparse y afanarse bajo el sol? 23 Todos sus días están plagados de sufrimientos y tareas frustrantes, y ni siquiera de noche descansa su *mente. ¡Y también esto es absurdo!
Ecclesiastes 2:1-23 | NV
El rey Salomón no fue solo el hombre más sabio que haya existido, también fue bendecido con riquezas inimaginables y con el privilegio de construir el templo de Dios. Por tanto, es de esperar que supiera lo que era la satisfacción profunda
En la búsqueda de esa satisfacción profunda, Salomón se dedicó a incursionar en toda clase de cosas. Eclesiastés nos dice que se entregó a los placeres del mundo, interesándose incluso en actividades que sabía que eran una locura, para ver si había algo que valiera la pena en ellas. Pero la satisfacción que buscaba Salomón lo esquivaba, y llegó a la conclusión de que la autocomplacencia no tenía ningún valor
Para sentir satisfacción, el rey buscó la realización personal. Emprendió grandes proyectos, tales como la construcción de casas para él, el mejoramiento de su entorno con jardines y parques y llevó a cabo un vasto proyecto de irrigación. El rey tenía todo lo que podía necesitar para disfrutar de la vida, pero al final llegó a la conclusión que nada de esas cosas tenían sentido.
La historia nos resulta familiar, ¿verdad? Nuestro mundo tiene muchas personas educadas y exitosas, pero también muy descontentas con la vida. Nuestra cultura persigue el placer y no acepta límites. Lamentablemente, esa falta de moderación ha arruinado innumerables vidas. Salomón tenía la sabiduría y los recursos para lograr todo lo que quisiera hacer. Pero los objetivos que persiguió no le dieron ninguna satisfacción. Llegó a la conclusión que lo mejor era obedecer a Dios. El gozo verdadero se tiene cuando nos ajustamos a la voluntad de Él.
Amigos cristianos en todas las naciones todos tuvimos ese estilo de vida, algunos más que otros, ¿pero que sacamos de ello?
El afán, la ansiedad por las riquezas, la necedad, todo esto y muchas cosas más. ¿queremos volver a ese estilo de vida?
Sabemos que hemos sido rescatados, perdonados, sanados, santificados, purificados, por la preciosa Sangre de Mi Sr Jesucristo, que tenemos una nueva vida, para dar testimonio en todo lugar donde nos encontremos, ojo hagamos siempre Su Voluntad, que es buena, agradable y perfecta.
Amen.!
Bendiciones a granel en sus vidas!
Jcoa.!