Obstáculos para la fe! Charles Stanley!
Éxodo 3.10—4.17
10 Así que dispónte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.
Exodus 3:10 | NVI
17 Pero no te olvides de llevar contigo esta vara, porque con ella harás señales milagrosas.
Exodus 4:17 | NVI
Dios nos permite llevar a cabo su plan para nuestra vida. Cuando no llegamos a lograr las metas que Él nos ha puesto, no es porque el Señor, de alguna manera, haya fallado en darnos lo necesario. Es porque el fracaso, por lo general, es el resultado de un obstáculo que hay en nuestro corazón —una actitud que constituye un estorbo para nuestra fe. Como resultado, el flujo del poder de Dios se ve obstaculizado, y no podemos llegar a ser quienes Él desea que seamos.
Moisés es un ejemplo dramático del potencial destructivo que tienen los obstáculos para la fe. Llamado a una de las mayores misiones en toda la Biblia, el futuro líder respondió con excusas de por qué no podía obedecer.
Las excusas para desobedecer no han cambiado mucho desde el encuentro de Moisés con la zarza ardiente. Trató de esconderse detrás de los mismos obstáculos para la fe que los creyentes alegan hoy: una baja autoestima (Éx 3.11, 12),
ignorancia en cuanto a Dios (Éx 3.13-21), dudas de sí mismos (Éx 4.1-9), sentimientos de incompetencia (Éx 4.10, 11), y temor a fracasar (Éx 4.12, 13). Cada vez que Moisés se quejaba de que el Señor se había equivocado de persona, Dios le respondía con una firme y convincente refutación.
El tema de las respuestas a Dios es algo que todos los creyentes necesitamos entender, como lo hizo Moisés finalmente —es decir, que cuando somos llamados a servir, nuestras fuerzas, habilidades y conocimientos no importan. Es el Señor quien hace el trabajo por medio de nosotros. Él no busca a la persona más calificada sino a hombres y mujeres dispuestos a rendirse a Él. Cuando su poder obra por medio de nuestras debilidades, es evidente que solamente Dios pudo haber logrado el resultado
Amigos cristianos en todas las naciones examinémonos:
1. ¿Tenemos baja autoestima? Ex 3/11/12.
11 Pero Moisés le dijo a Dios:—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?12 —Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto[E] en esta montaña.
Exodus 3:11-12 | NVI
2. ¿Ignorancia en cuanto a Dios? Ex 3/13/21.
Moisés y la zarza ardiente 31 Un día en que Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto y llegó a Horeb, la montaña de Dios. 2 Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, 3 así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza.»4 Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:—¡Moisés, Moisés!—Aquí me tienes —respondió.5 —No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. 6 Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios. 7 Pero el Señor siguió diciendo:—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces, y conozco bien sus penurias. 8 Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. 9 Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas, y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que dispónte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.11 Pero Moisés le dijo a Dios:—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?12 —Yo estaré contigo —le respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me rendirán culto[E] en esta montaña.13 Pero Moisés insistió:—Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes.” ¿Qué les respondo si me preguntan: “¿Y cómo se llama?”14 —Yo soy el que soy[F]—respondió Dios a Moisés—. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: “Yo soy me ha enviado a ustedes.”15 Además, Dios le dijo a Moisés:—Diles esto a los israelitas: “El Señor,[G] el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes. Éste es mi *nombre eterno; éste es mi nombre por todas las generaciones.” 16 Y tú, anda y reúne a los *ancianos de Israel, y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de ustedes. He visto cómo los han maltratado en Egipto. 17 Por eso me propongo sacarlos de su opresión en Egipto y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel!’ ” 18 Los ancianos de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y le dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios.” 19 Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza. 20 Entonces manifestaré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las maravillas que realizaré entre ellos. Después de eso el faraón los dejará ir. 21 Pero yo haré que este pueblo se gane la simpatía de los egipcios, de modo que cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías.
Exodus 3:13-21 | NVI
3.¿Dudamos de sí mismos? Ex 4/1/9.,
—¿Y qué hago si no me creen ni me hacen caso? ¿Qué hago si me dicen: “El Señor no se te ha aparecido”?2 —¿Qué tienes en la mano? —preguntó el Señor.—Una vara —respondió Moisés.3 —Déjala caer al suelo —ordenó el Señor.Moisés la dejó caer al suelo, y la vara se convirtió en una serpiente. Moisés trató de huir de ella, 4 pero el Señor le mandó que la agarrara por la cola. En cuanto Moisés agarró la serpiente, ésta se convirtió en una vara en sus propias manos.5 —Esto es para que crean que yo el Señor, el Dios de sus padres, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me he aparecido a ti. 6 Y ahora —ordenó el Señor—, ¡llévate la mano al pecho!Moisés se llevó la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía toda cubierta de *lepra y blanca como la nieve.7 —¡Llévatela otra vez al pecho! —insistió el Señor.Moisés se llevó de nuevo la mano al pecho y, cuando la sacó, la tenía tan sana como el resto de su cuerpo.8 —Si con la primera señal milagrosa no te creen ni te hacen caso —dijo el Señor—, tal vez te crean con la segunda. 9 Pero si no te creen ni te hacen caso después de estas dos señales, toma agua del Nilo y derrámala en el suelo. En cuanto el agua del río toque el suelo, se convertirá en sangre.
Exodus 4:1-9 | NVI
4. ¿Tenemos sentimientos de incompetencia? Ex 4/10/11.
Señor, yo nunca me he distinguido por mi facilidad de palabra —objetó Moisés—. Y esto no es algo que haya comenzado ayer ni anteayer, ni hoy que te diriges a este servidor tuyo. Francamente, me cuesta mucho trabajo hablar.11 —¿Y quién le puso la boca al *hombre? —le respondió el Señor—. ¿Acaso no soy yo, el Señor, quien lo hace sordo o mudo, quien le da la vista o se la quita?
Exodus 4:10-11 | NVI
5. ¿Temor a fracasar? Ex 4/12/13.
12 Anda, ponte en marcha, que yo te ayudaré a hablar y te diré lo que debas decir.13 —Señor —insistió Moisés—, te ruego que envíes a alguna otra persona.
Exodus 4:12-13 | NVI
Recapacitemos seamos Fuertes y Valientes, Nuestro Padre Celestial Está con nosotros cada segundo de nuestras vidas!
Amen.!
Jcoa.
